sábado, 10 de marzo de 2007

Electric Sitar - Jerry Jones

Electric Sitar - Jerry Jones

Por Ricardo Murad

Frank Zappa, Steve Vai, Steve Howe de ‘Yes’, The Who, Stevie Wonder, Joe Pass, Rusty Anderson en “Animal Logic”, han utilizado esta guitarra. Hits como “Green Tambourine” o “Last train home” de Pat Metheny han triunfado con este particular sonido.

En los años ‘60, durante la época ‘hipidélica’, las influencias indias con los Beatles y los Rolling Stones a la cabeza, han utilizado el sitar como instrumento regular en muchas de sus producciones discográficas, aunque ni el mismísimo George Harrison llegó a dominar este instrumento tomando clases en la india.
Vinnie Bell, un músico de estudio de la costa oeste de USA , tuvo la idea de construir una guitarra que imitara el sonido del sitar, y finalmente Danelectro la construyó en serie en 1967/68, bajo el nombre de ‘Coral Electric Sitar’. La enorme demanda del instrumento y la circunstancia de que Danelectro finalizara su fabricación, dificultó la posibilidad de adquirir esta guitarra, siendo la única posibilidad hacerlo de segunda mano. La cotización de este instrumento bien conservado podría alcanzar varios miles de dólares.
Jerry Jones, un gran aficionado a los productos de esta compañía, estaba trabajando en la reconstrucción de pastillas de bobina simple ‘Lipstick’, así como también una versión clónica del Coral Sitar original a la que denominó ‘Electric Sitar Jerry Jones’.

El cuerpo de esta guitarra es aparentemente sólido, aunque una revisión en detalle nos permite deducir que realmente es hueco, con un marco de madera muy liviana, y capas de esta madera para la tapa y el fondo. Es difícil especificar más detalles, ya que el acabado ‘gateado en rojo’, no lo permite. Sobre una terminación de laca negra se pulveriza una pintura roja que se apelmaza, formando grumos rojos sobre la laca, es decir no cubre enteramente la superficie negra, quedando una curiosa terminación llamada ‘Red Gator Finish’. Esta característica, que en principio podría considerarse un error, se aprovecha de forma creativa.
La curiosa forma de esta guitarra hace muy cómoda su ejecución cuando se toca sentado. Su peso es bastante ligero. El mástil es muy fino, ensanchándose hacia la zona de la pala, terminado en laca negra. El diapasón es de palorosa, bastante estrecho. Acostumbrarse a tocar esta guitarra no demanda demasiado esfuerzo, sobre todo si se está acostumbrado a utilizar guitarras con una posición de cuerdas tipo ‘low action’, es decir bastante cercanas al mástil. Al principio hay que controlar los movimientos de la púa para no chocar con el protector de acrílico. La fijación al cuerpo es por medio de cuatro tornillos grandes de metal, y presenta un aspecto muy sólido, así como todos los acabados en general. Tiene 21 trastes normales, perfectamente regulados. El sistema para regular el mástil se halla entre la pastilla del mástil y el final del mismo. Esto significa un cambio en positivo para esta revisión del modelo original, reclamado por las revistas especializadas, ya que el primer modelo construido por Jerry Jones, no permitía ninguna forma de corrección. De alguna forma, esto se explica por el preciso ajuste que necesita para sonar como un sitar. Este efecto se logra forzando un trasteo muy preciso, y estudiado por medio de un ángulo muy pequeño ente cuerdas y trastes, este concepto se repite con el puente donde cada cuerda tiene su ángulo preciso, siendo necesario unas medidas de cuerdas específicas para que todo funcione.
Las cuerdas D´Addario EXL110 cumplen todos los requisitos, incluso la guitarra parece traerlas de fabrica. El puente también ha sufrido una mejora, ya que la fórmica de la que estaba construido, pasa a ser de caoba. Solo se puede regular en altura. Lleva tres pastillas de bobina simple encapsuladas en metal plateado, por este motivo se denomina ‘Lipstick’ o lápiz de labios. La posición de estas pastillas es la habitual, con excepción de la tercera, ubicada en la parte superior de la guitarra, que recoge el sonido del segundo cordaje. Este está formado por trece cuerdas .010, afinadas en la escala cromática, donde la primera va afinada en el “mi” del traste 12 de la guitarra, y la última una octava más alta, aunque esta afinación puede variar a gusto del músico. Como es habitual en este tipo de pastilla, cada una posee un control individual de volumen y otro de tono. Las trece cuerdas de resonancia funcionan de forma independiente de las otras y no intervienen en su particular sonido. Se llaman de resonancia, porque en principio deberían transmitir vibraciones a través del cuerpo del instrumento, y por simpatía en determinadas notas, pero por el tipo de construcción semisólido, esta característica no funciona de esta manera.

El sonido de esta guitarra es único e imposible de imitar y la guitarra en sí con sus impecables acabados y su sugestiva forma hace que sea un instrumento realmente especial. Las características del sonido producido por sus pastillas también tienen unas cualidades particulares. Llama la atención la baja señal producida por ambas pastillas. Por este motivo es necesario abrir mucho los potenciómetros. Los reguladores de tono tienen un papel muy importante a la hora de diseñar el sonido. Una posibilidad que he utilizado particularmente con mucha satisfacción es, con ambos potenciómetros abiertos al máximo y el del puente al máximo de agudos, controlar el flujo de graves con el potenciómetro de tono del mástil. En la práctica suena con unos graves densos pero comprimidos y la sal del sonido es una estela de auténtico sitar que queda flotando al concluir el ataque de la nota; y todo esto sin ninguna unidad de efectos. El sonido procesado es realmente una delicia.

Este instrumento no permite básicamente tocar acordes. Su mejor uso es fundamentalmente apoyar un riff o seguir una línea melódica con una sola cuerda, los glisando suenan muy efectivos. Su uso puede ser muy sutil apoyando pequeños detalles de la melodía o tener un papel protagonista en un tema determinado, aunque, según mi punto de vista, es como esos efectos que producen algunos filtros de fotografía o determinados tratamientos de ordenador que, cuando se abusa de ellos, pueden resultar empalagosos. Pat Metheny hace un uso extensivo de esta guitarra en todas sus variantes, en uno de sus mejores discos ‘Secret Story’. John Scofield la utiliza en el último disco de Herbie Hancock ‘The New Standard’.

Texto y fotos © Ricardo Murad

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